Sevillanos, gaditanos … y onubenses (a cuenta del final del peaje)

La reciente polémica por las declaraciones del presidente del PP en Andalucía, Juan Manuel Moreno, sobre el fin del peaje de la autopista Sevilla – Cádiz , con independencia de su oportunidad política o no — eso ya lo decidirán los votantes en su momento – me produjo una impresión de cierta ignorancia o, al menos, olvido, sobre Huelva. Porque cuando dijo que ni gaditanos ni sevillanos tendrían que pagar peaje en cuanto termine el plazo previsto, debió añadir… y onubenses.  Porque Huelva y Cádiz siguen siendo las dos únicas provincias españolas que no están conectadas por carretera, a cuenta de Doñana. El PP propuso en 2012 una ruta por el norte del Parque, Hinojos – Lebrija (incluyendo un túnel), con la clara oposición de PSOE e IU, señalando que los onubenses reducirían el tiempo de ruta usando la S-40 que, por cierto, todavía estamos esperando que se inaugure. De modo que una falacia que el tiempo se ha encargado de demostrar.

Ahora el PP se olvida de Huelva y, lo que es peor, se acusa de antitodo al que plantee que la comunicación directa Huelva – Cádiz es posible, sobre todo aquellos que sólo han oido hablar de Doñana de vez en cuando y no conocen la zona. Huelva Información, en enero de 2012, como resumen, decía lo siguiente: Una vez descartada la conexión directa por la costa (atravesando el Parque Nacional) en los años 80, la polémica giró en torno a qué altura de Sevilla situar la conexión entre Huelva y Cádiz. Hubo un proyecto para unir ambas provincias vía Sevilla, uniendo Hinojos y Lebrija. Tras mucho debate y un expediente abierto por la UE, la planificación más reciente de la comarca y el Espacio Natural dio paso a la propuesta de reducir el tiempo de trayecto entre Huelva y Cádiz mediante la nueva circunvalación de Sevilla, la SE-40. Ese es el proyecto que defienden Junta, PSOE, IU y ecologistas frente a la propuesta del PP y los empresarios de continuar con la denominada opción norte, la misma conexión Hinojos-Lebrija que ya estaba planteada.

A estas alturas de la cuestión, 6 años después de inacción, me parecería un acto de honestidad volver a poner sobre la mesa esta posible opción de comunicación Huelva con Cádiz. Sí, ya sé que me van a acusar de ser anti Doñana, pero no es verdad. Soy un asiduo  visitante. Pero en la mano de los técnicos está buscar una solución que permita generar sinergias turísticas para unir en poco tiempo a núcleos como Sanlúcar de Barrameda y Chipiona con Matalacañas, por ejemplo. O plantear acuerdos estratégicos entre los puertos de Cádiz y Huelva (con perdón de los que defienden a capa y espada el puerto fluvial de Sevilla); o la facilidad para los estudiantes de combinar estudios entre ambas universidades; o los acuerdos a que pueda llegar la industria agroalimentaria, especialmente la del vino… hay muchas puertas que se abrirían con esta comunicación y muchos silencios que lo impiden usando sólo la papeleta de Doñana, lo cual es injusto. Cádiz y Huelva se merecen una comunicación directa y una clase política que lo permita, respetando todos los intereses, por supuesto. Repito, las dos únicas provincias españolas que no tienen comunicación directa entre sí.

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Ya pasó hace 30 años; lo de apropiarse del Hecho Colombino desde Sevilla

Matasellos
Matasellos de la discordia

Malestar en Huelva por un matasellos sobre «Sevilla, capital del Nuevo Mundo» así se titulaba mi crónica en el Diario El País el 14 de octubre de 1984.  El texto comenzaba así:

Un matasellos de correos con la inscripción «Sevilla, capital del Nuevo Mundo», que muestra las tres carabelas partiendo por el río Guadalquivir, con la Giralda al fondo, ha provocado un generalizado movimiento de protesta en Huelva, de uno de cuyos puertos, el de Palos de la Frontera, partieron realmente las naves descubridoras.

Aquí tienen todo el texto de la crónica.

Y hubo sus más y sus menos desde Huelva, aunque entonces aquí supergobernaba el PSOE y en Sevilla apuntaba maneras el PP, ratificadas ayer por nuestro alcalde actual, Zoido, que se dejó llevar por su natural ímpetu de hombre acostumbrado a llevar la razón y a que no se le conteste, que para eso ha sido juez.  Vamos, que hemos avanzado poco en 30 años. Esa es la paradoja de esta historia.

Pepe Gastañaga, hasta siempre

Pepe González Gastañaga se ha ido, a los 95 años de edad. Lo conocí hace más de 30 años y tuve con él una amistad muy relacionada con mi abuelo. Ambos compartieron el sufrimiento tras la Guerra Civil y su visión positiva de la vida me acompañará siempre. Sufrió tortura durante la Guerra y nos contaba que fumaba puros contínuamente porque, para él, eran aliento de vida. Después de una paliza en un cuartel, lo tiraron como un saco a una celda oscura y otro preso le puso en la boca un cigarro, que absorbió con toda el alma y le supo a gloria.

En otra ocasión me contó que, atado a otros presos, fue llevado por las calles de Huelva y él iba dejando caer unos papelitos donde simplemente pedía al que lo leyera que advirtieran a su madre de que ya estaba en la prisión onubense. Más de 15 personas la avisaron.

En fin, como concejal del Ayuntamiento de Huelva recuerdo que en una ocasión vivió un encierro de vecinos a la busca de pisos y consiguió un acuerdo de último minuto poniendo por delante su palabra. Entonces esos gestos tenían valor.

Descansa en paz, Pepe. Viva la República.