Las lecciones del caso Diana Quer. Aproximación al diálogo con la Guardia Civil

Mi compañero y amigo Javier Barrera, de Ideal de Granada y alma de 1001 Medios me lanza un reto vía Facebook, animándome a escribir un texto para iniciar un debate constructivo a cuenta del caso Diana Quer y lo descontento que parecen estar con nosotros, los periodistas, desde la Guardia Civil. Asunto como verán bastante controvertido y donde chocan intereses, visiones y libertades básicas. De modo que voy a intentar iniciar un debate y, si le gusta a Barrera, que pueda servir de inicio, aunque lo hago con toda modestia y no sin temerme que, una vez más, podría quedarse en un intento; aunque de intentos y fracasos previos están siempre llenos los éxitos.

La detención del presunto asesino de Diana Quer y, probablemente, el hecho de que se haya producido en una etapa de cierta escasez informativa (hasta en Cataluña estaban tranquilos con la tregua navideña) ha propiciado portadas y portadas en todos los medios. Una vez conocida la personalidad de Abuín y lo malísimo que fue siempre (aunque sólo pasó un mes en la cárcel gracias al sistema judicial y policial en que vivimos) los dos coroneles de la Guardia Civil adscritos a la UCO (Unidad Central Operativa) se despacharon, entre otros, con los periodistas, especialmente el coronel Manuel Sánchez Corbí, autor, por cierto, de dos libros muy interesantes sobre la lucha de la Guardia Civil contra ETA.  

No digo que no tengan razón cuando ven amenazas en su trabajo. La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que recorta hasta un máximo de 18 meses los tiempos para una investigación; la nueva regulación europea del archivo de datos de usuarios por parte de las compañías de comunicaciones y la injerencia, considerada irresponsable, de los medios, que afectan a la calidad de esas investigaciones. Así lo ha explicado El Mundo en un interesante resumen. Todo ello dificulta la investigación de casos tan complejos como éste, pero, permítanme añadir algunos puntos para el debate, dejando por delante (bien lo saben los que me conocen) mi respeto, admiración y cariño hacia la Guardia Civil tanto por razones personales como profesionales, de modo que absténgase radicales de ver en este texto algo destructiva. Al contrario, sobre todo porque me parece muy bien que la Guardia Civil de su punto de vista, en una sociedad libre como la nuestra; pues, tal vez, nos hubiera ido mucho mejor en otros casos si los responsables del Cuerpo hubieran sido tan habladores como lo han sido ahora. En fin, dicho esto, propongo 10 puntos para el debate.

  1. Desde la Guardia Civil se propone que sea el colectivo de Periodistas el que recurra a la Autoregulación para evitar espectáculos mediáticos como el de Diana Quer, a quien, junto a su familia, poco menos se ha dicho que era lógico que una chica así y una familia así viviera este drama, con lo raritos que eran; hasta que se comprueba que fue la víctima de un perturbado, como lo podría haber sido cualquier otra. Sin embargo, la Autoregulación no funciona en los sistemas meditérráneos; solo en los anglosajones, porque la estructura y debilidad de los medios lo impiden. De modo que busquemos otra vía, que las hay.
  2. La Guardia Civil dice que tuvo que adelantar la operación de detener a Abuín porque un medio gallego publicó la llegada de efectivos para efectuar esa detención, lo que les obligó a acelerar sus planes y de ahí sus críticas. Ser tan radicales en las afirmaciones puede dejarles en evidencia, porque lo cierto es que la detención se produce después de que Aubín intentara otra acción similar a la de Quer y eso pese a que, según la propia Guardia Civil, estaban encima de él desde hacía meses. Cuando se utilizan argumentos contundentes es bueno guardarse las espaldas para no quedar al descubierto. Conclusión, hablemos de formas de colaboración más estrecha que impidan lo uno y lo otro, basadas en la confianza. Créanme, funcionan. ¿Se imaginan el escenario si Abuín hubiera tenido éxito en ese último intento de secuestro?
  3. Cuando se hace una acusación de ese tipo, poniendo a todos los medios en el mismo saco, se corre el peligro de ser injusto, como lo ha sido la Guardia Civil. La mayor parte de los medios han sido fieles a una practica informativa, de modo que sería bueno aislar el foco, centrado en la presión de las televisiones, en el marco de sus programas de entretenimiento y no informativos. Así que comencemos por identificar el problema para actuar.
  4. ¿Ha pensado la Guardia Civil en solicitar la intervención de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo de FAPE, como lo hacen muchos otros ciudadanos? Se aprende mucho de sus informes. En el caso de Andalucía, también tiene su propia comisión el Colegio de Periodistas.
  5. ¿Sabe la Guardia Civil que los periodistas estamos integrados en asociaciones y colegios, con capacidad de negociación y mejora de nuestro trabajo? Creo que es hora de que abandonen esa distancia y ese silencio y se impliquen porque, como ha reconocido el coronel Sánchez Corbí, su trabajo está en peligro y eso nos afecta a todos.
  6. Las legítimas preocupaciones de la Guardia Civil no están exentas del gran debate actual que nos llega desde cualquier parte del mundo: el conflicto entre seguridad y libertad. Asumir con rotundidad que la primera es más importante que la segunda no es bueno, porque es un discurso que se ha demostrado incapaz de resolver los problemas de los ciudadanos, por mucho que haya países muy seguros y económicamente rentables. Yo, sinceramente, no quiero que mi país se parezca a China. No den, pues, por terminado este debate.
  7. ¿Puede garantizarnos la Guardia Civil a los periodistas que algunas de sus acciones no son más que un instrumento político? Dicho de otro modo, ¿cómo se ha sentido el coronel Sánchez Corbí cuando informes a medio terminar de la UCO han llenado de titulares y graves acusaciones, luego sin fundamento?.
  8. Otra pregunta al hilo de su mediática rueda de prensa: ¿Creen que con esas declaraciones han dado munición a la Defensa de Abuín haciendo afirmaciones que luego habrá que demostrar al 100 % ante un Tribunal, donde podría haber un Jurado?  ¿Podría haberse hecho de otra manera, después de llegar a un acuerdo con los medios?.
  9. ¿No cree la UCO que este éxito policial, fruto de miles de horas de concienzudo trabajo de multitud de agentes podría haberse convertido en un éxito de comunicación y en un mensaje, por lo tanto, de seguridad y tranquilidad a la población en vez de una demanda que no ha recibido el apoyo del mediático ministro del Interior, que aprovecha cualquier ocasión para decirles que son ustedes unos fenómenos, obviando lo negativo? Seguro que la mayor parte de los medios estarían más que dispuestos a ayudarles en ese camino. La Guardia Civil sigue siendo una de las instituciones más valoradas del país.
  10. Conclusión, sentémonos a buscar fórmulas que ayuden al ciudadano a sentirse seguro, bien informado, no manipulado y merecedor de un gran cuerpo policial y unos medios de comunicación que, desde la crítica y la libertad de expresión, den herramientas de libertad.
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Un recuerdo de gratitud

Cartilla del Guardia CivilChomsky ya lo explicó con claridad hace medio siglo. Los gobiernos autoritarios establecen analogías completas y absolutas entre los gobernantes y las instituciones, de modo que nos quieren hacer creer que cuando ellos son criticados, se ataca la institución. De esta forma salen siempre bien parados.

En Venezuela, Maduro, fiel y gran discípulo de Chávez, es un maestro en estas artes de identificarse con la institución; como lo es nuestro ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz que, a cuenta de los sucesos de Ceuta, se escabulle de toda responsabilidad echando el muerto a los ciudadanos porque, nada menos, se les ocurre criticar a la Guardia Civil. Esa es la falacia. No basta con defender ante los periodistas a la Guardia Civil, señor ministro, sino que hay que tomar las medidas políticas y económicas necesarias para garantizar la seguridad fronteriza, reclamando ante Europa esa garantía y esa inversión. Dejar a los guardias civiles, con los medios actuales, actuar ante los miles de hombres y mujeres que buscan una vida mejor y no van a parar — tengámoslo claro, porque no tienen nada que perder– es una injusticia y un acto de incompetencia por parte de sus responsables. Con la dotación actual no se puede garantizar la seguridad de la frontera. Todo lo demás es propaganda barata.

La Guardia Civil es una institución de 82.000 personas y, obviamente, los habrá de toda condición. Desde niño he visitado cuarteles. Tengo famila y amigos en la institución. He asistido a la dura realidad de la muerte en acto de servicio de sus miembros y he aprendido a respetarles por su trabajo y entrega. Ellos saben que son apreciados por la población y que su presencia es una garantía de disfrutar de nuestros derechos constitucionales.

Alguien pensará que me estoy metiendo en un jardín. Que no es políticamente correcto decir estas cosas. Eso es lo triste, pero a mi edad empiezo a pasar de lo políticamente correcto. Conozco a la Guardia Civil como institución y tiene mi respeto, aprecio y gratitud personal y su presencia es siempre, para mí, garantía de orden y libertad. Reproduzco aquí unas líneas de la Cartilla de la Guardia Civil, que sigue vigente. «Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido…»

La Guardia Civil siempre ha sobrevivido a los tiempos duros. Mucha gente no sabe que respetó la legalidad en la República y mayoritariamente se negó a sumarse al Golpe, lo que le costó el ostracismo de Franco y un intento de disolución. De modo que escribo esta entrada para que sus miembros sepan que tienen mi respeto. Profesionalmente he trabajado junto a sus unidades en algunas ocasiones. Incluyo aquí la estancia que tuve en Kosovo, acompañando a un grupo de agentes de la Comandandia de Montequinto, en Sevilla, en 2001, pocas semanas después del 11S.